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Redacción

El cáncer de cuello uterino, que actualmente afecta a unas 530.000 mujeres cada año en el mundo, podría desaparecer en las próximas décadas si se propagan los programas de vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH). Así lo aseguran los expertos que participan en la reunión científica organizada por B·Debate —una iniciativa conjunta de Biocat y la Obra Social “la Caixa”—, el Programa de Investigación en Epidemiología del Cáncer del Instituto Catalán de Oncología (ICO) y el Departamento de Salud, que se celebra del 22 al 24 de marzo en Sitges.

Entre otros aspectos, durante estos tres días, se tratarán las novedades en vacunas de segunda generación, la vacunación masculina y la de mujeres adultas, los efectos adversos de la vacuna, otros tumores causados por el VPH y el impacto de los tests de VPH para la detección precoz.

El líder científico de la reunión es el Dr. F. Xavier Bosch, jefe del Programa de Investigación en Epidemiología del Cáncer del ICO, que recientemente ha recibido el premio de la Fundación Lilly 2012 en investigación biomédica. Bosch, y algunos miembros de su equipo, llevan tres décadas estudiando el VPH y el cáncer de cuello uterino y su trabajo ha sido fundamental para establecer la asociación entre el cáncer y el virus.

Entre los expertos internacionales en esta materia, están los doctores Tom Broker, presidente de la Sociedad Internacional del Virus del Papiloma e investigador básico y experto en los mecanismos de la carcinogénesis viral; Lynette Denny, profesora de ginecología en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y experta en la interacción entre el VPH y el virus del sida; y Jane Kim, profesora de la Universidad de Harvard y experta en modelos de predicción de impacto de estrategias sanitarias como la vacunación VPH y el cribado en cada región, según la importancia de la enfermedad y las opciones y costes de las acciones preventivas.

El VPH, responsable de más del 5% de los cánceres

La infección por VPH es la infección de transmisión sexual más común en todo el mundo: a lo largo de la vida, más del 80% de las mujeres sexualmente activas habrán estado expuestas. La familia del VPH cuenta con más de 150 genotipos (tipos virales), de los cuales una quincena comportan un alto riesgo de provocar cáncer. La infección por uno de estos tipos de alto riesgo tiene una duración media de 8 a 12 meses y, en los casos más graves, puede llegar a los dos años.

El virus del papiloma humano está presente en el 100% de los casos de cáncer de cuello uterino, en el 80% de los de cáncer de ano y vagina, en el 40% de los tumores de vulva y pene y en una pequeña fracción de los cánceres bucofaríngeos. En todo el mundo, el VPH es responsable del 5,2% de todos los cánceres, según datos del ICO, porcentaje que se reduce notablemente en el caso de los países desarrollados, donde su repercusión baja al 2,2%. Cada año se diagnostican 530.000 casos de cáncer de cuello uterino en todo el mundo, la mitad de los cuales no tiene curación. En España, se producen alrededor de 2.000 casos de este cáncer y unas 700 muertes. Este tumor es el quinto más presente en Europa (después del cáncer de mama, el colorectal, el de pulmón y el de endometrio).

Vacunas de segunda generación

Desde hace años se dispone de dos vacunas preventivas: una tetravalente (contra las variantes del virus 6, 11, 16 y 18) y otra bivalente (contra las variantes 16 y 18). Casi el 70% de todos los cánceres de cérvix son causados por estos dos subtipos de VPH.

Después de 100 millones de dosis, la vacuna se está normalizando y está cumpliendo los requisitos de eficacia y seguridad. Según los expertos, hasta el momento, la mayoría de efectos adversos asociados a la vacunación no tenían una relación causal.

Actualmente, se están llevando a cabo ensayos en fase III con vacunas de segunda generación, que protegerán frente al 90% de tipos de VPH que pueden causar cáncer de cuello de útero. También se prevé que proteja frente a una fracción importante de tumores de vulva, vagina, ano y bucofaríngeos, y también de las verrugas genitales.

Hasta ahora la indicación de la vacuna se ha establecido para la población femenina, pero los hombres también son portadores y transmisores del virus, y pueden sufrir los efectos en forma de cáncer anal o de pene, entre otros. Es por ello que últimamente ha aumentado el interés de los científicos y de la sanidad pública por la vacunación masculina. Así, algunos países como Australia y Austria ya la han aceptado y la están recomendando.

Algo parecido ocurre con las mujeres adultas. Aunque la indicación principal de la vacuna es para jóvenes que aún no han mantenido relaciones sexuales, se ha demostrado igualmente eficaz para mujeres de hasta 45 años. En Australia, por ejemplo, además de financiarse la vacunación adolescente, también se lleva a cabo para mujeres de hasta 26 años. Un 70% de las mujeres optaron por vacunarse y en menos de tres años las verrugas genitales prácticamente han desaparecido.

Próximamente, en el espacio B-Debateca de la web de B·Debate encontraréis artículos de opinión, entrevistas y documentación relacionada con este debate científico y sus protagonistas.

Noticia relacionada: El CIDC se convierte en B·Debate (19/3/2012)

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