El Parc Cientific i Tecnològic de Lleida se consolida como polo de innovación agroalimentaria de Cataluña en su 5º aniversario
Santiago Planas, director Científico del Parque: "Lleida se está abriendo a nuevos subsectores que hasta ahora eran incipientes como es el caso de la biotecnología".
En 2005, el Ayuntamiento y la Universitat de Lleida (UdL) hicieron una importante apuesta por la ciudad al constituir el Parc Científic i Tecnòlogic Agroalimentari de Lleida. Cinco años después, el Parque se ha convertido en el polo de innovación agroalimentaria de Cataluña con más de 30.000 metros cuadrados de superficie y unos 25.000 metros cuadrados más en desarrollo. El Parque acoge a más de 50 empresas, entidades y grupos de investigación y reúne a más de 1.000 trabajadores. También tiene el mayor campus universitario de Cataluña especializado en agroalimentación.
El impulso del Parque por parte del Ayuntamiento y la Universitat de Lleida "han aflorado activos de una importancia tan vital que han aumentado nuestra capacidad de investigación y el peso de la Universidad, y han contribuido a hacer más competitivo el territorio y dar nuevos servicios", según ha manifestado el vicepresidente del Parque y rector de la Universitat de Lleida, Joan Viñas.
Esta realidad está permitiendo que la economía de Lleida "se abra a nuevos subsectores que hasta ahora eran incipientes, como es el caso de la biotecnología, la agricultura de precisión, la tecnología de los materiales, la generación de energía a partir de fuentes renovables, la producción avanzada de alimentos y, de forma destacada, las tecnologías de la información y la comunicación, aplicadas con carácter transversal", ha señalado el director Científico del Parque, Santiago Planas.
Durante estos cinco años de vida, la progresiva implicación de las entidades del Parque con el sector agroalimentario ha propiciado el desarrollo de una importante red de empresas y entidades que participan en la cadena productiva, ya sea proveyendo materias, tecnología y servicios o actuando en las etapas finales de comercialización y logística.
Uno de los elementos claves ha sido el vivero de empresas que, en la actualidad, acoge 28 empresas dedicadas a la ingeniería agroalimentaria, la ingeniería industrial y las TIC, y tres spin-off.
Tanto los emprendedores que han iniciado su actividad en forma de start-up o spin-off como las compañías de mayor dimensión que han optado por ubicarse en el Parque disponen de un entorno propio de las actividades de investigación y desarrollo tecnológico. Algunas de las que están desde su nacimiento son el Institut Tecnològic de Lleida, el Consorci Lleidetà de Control, el Consorci de Promoció Econòmica o la empresa Indra.
"La presencia de Indra en el Parque nos ha abierto nuevas oportunidades de negocio gracias a colaboraciones que hemos podido iniciar con entidades del propio parque o de la universidad, especialmente en el ámbito de la I+D+I en el sector agroalimentario", ha asegurado el gerente de Indra en Lleida, Francesc Escoda. Por ejemplo, gracias a las colaboraciones con la dirección científica del Parque y otras entidades, están desarrollando proyectos que permitan aplicar la inteligencia artificial en la producción agraria mediante robotización y otros elementos.
Retos de futuro
Sin embargo, el Parc Científic i Tecnològic Agroalimentari de Lleida debe profundizar en la cooperación entre las empresas, las instituciones y los grupos de investigación de la Universitat de Lleida, a través de la ejecución de proyectos con un elevado contenido de tecnologías transversales que actúen a lo largo de la cadena de la innovación, reconoce Planas. "La inteligencia artificial, la robótica, la nanociencia y la biotecnología serán probablemente los ámbitos fundamentales en los que la I+D colaborativa tendrá un despliegue altamente provechoso para las empresas agroalimentarias y también de otros sectores económicos como la energía, la construcción y los servos tecnológicos avanzados", concluye el director Científico del Parque.