"La fórmula que hemos utilizado nos ha dado rendimiento científico, de imagen y económico"
jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas y Sida del IDIBAPS-Hospital Clínic y codirector del HIVACAT
Catedrático, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas y Sida del IDIBAPS-Hospital Clínic de Barcelona y codirector del HIVACAT, un proyecto de investigación de la vacuna del sida en Cataluña, que ha situado nuestro país en la primera línea internacional en este ámbito. Empezó a tratar con personas infectadas por el VIH el año 1982, coincidiendo con una estancia en el Massachussets General Hospital de Boston. Hoy, su nombre está estrechamente relacionado a un posible candidato a vacuna terapéutica para hacer frente a esta enfermedad.
El sida es la epidemia más importante del mundo y uno de los problemas más graves de salud pública, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En España hay unas 140.000 personas infectadas por el VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Adquirida), de las cuales unas 30.000 se encuentran en Cataluña.
El primer fármaco antirretroviral es de 1987. Unos años después, en 1996, se logró proporcionar a los pacientes una calidad de vida normal, similar a otras enfermedades crónicas, lo que supuso el mayor avance médico de la historia en una pandemia. El acceso al tratamiento con antirretrovirales, sólo llega al 30% de los más de 10 millones de pacientes que lo necesitan. La granesperanza para reducir la incidencia del sida es una vacuna preventiva.
En septiembre pasado se celebró en Barcelona el octavo International Retroviral NC Symposium, organizado por la Obra Social "la Caixa" y el HIVACAT, con la colaboración del Centro Internacional para el Debate Científico (CIDC) y bajo la dirección científica los doctores Gilles Mirambeau y Josep M. Gatell, donde un centenar de expertos internacionales en virología, biología celular, biofísica, biología estructural, genética, química biológica y farmacología molecular pusieron en común los últimos avances en sus investigaciones. El objetivo era buscar nuevas líneas de colaboración para acelerar el progreso en el estudio y la explotación de estas proteínas para aplicarlas a las terapias antivirales para enfermedades infecciosas como el sida y la gripe. El evento contó con la participación de la Dra. Françoise Barré Sinoussi, premio Nobel de Medicina 2008 por el descubrimiento del VIH e investigadora del Instituto Pasteur de París, que bajo el título Logros pasados ??y desafíos futuros en la identificación de los agentes patógenos clave del VIH, abrió el simposio con una conferencia magistral.
Hace cinco años que estudian una vacuna para portadores del virus VIH.
Trabajamos con dos líneas diferentes, la vacuna terapéutica y la preventiva, que son complementarias, pero con una finalidad completamente distinta. El VIH es la única enfermedad infecciosa que necesitamos tratar toda la vida. Lo que pretendemos con la vacuna terapéutica es que a partir de un momento dado podamos administrarla y retirar el tratamiento antirretroviral sin que se produzca un rebrote de la carga viral. Desde hace unos cinco años —antes de la creación del HIVACAT— trabajamos con un tipo de vacuna terapéutica basada en células dendríticas, de la que hemos realizado tres estudios piloto en Fase I. Dos estudios están publicados y son muy esperanzadores, y un tercero se ha acabado ahora y se publicará en poco tiempo.
¿Lo presentaron al simposio de septiembre pasado?
En el simposio del HIVACAT —paralelo al International Retroviral NC Symposium— hablamos de vacunas preventivas. Nosotros presentamos dos vías complementarias que se encuentran en fases preliminares. Una línea son vacunas que estimulan la inmunidad celular y esto se hace utilizando un vector al que se le incorporan unos genes seleccionados del VIH. El Dr. Christian Brander —coordinador científico del HIVACAT— ha puesto a punto una serie de inmunógenos para incorporar dentro de uno de estos vectores. La segunda línea, liderada por la Dra. Eloísa Yuste, está basada en anticuerpos neutralizantes. La mayor parte de vacunas preventivas, las rutinarias, están basadas en este tipo de anticuerpos. En el caso del VIH se había descartado ya que parecía problemático, pero con las investigaciones de los últimos cuatro años parece ser que para obtener una vacuna preventiva que funcione de verdad si no hay una estimulación de producción de anticuerpos —neutralizantes o no neutralizantes— no lo podremos lograr.
¿Qué valor añadido aporta que sean debates científicos internacionales y multidisciplinares?
En el campo del sida, y en la investigación de vacunas en particular, es imprescindible que las colaboraciones sean nacionales e internacionales. Nosotros hemos colaborado con el Dr. Mariano Esteban, que también ha desarrollado un candidato de vacuna preventiva en Madrid; la producción del vector de este candidato con el cual trabaja el Dr. Christian Brander se hará en Oxford; en el proyecto de la Dra. Eloísa Yuste colaboramos con el Dr. José Alcamí del Instituto Carlos III y con dos grupos internacionales...
Cuando una cosa no es tan sencilla, como el caso del VIH, y que han pasado 30 años y todavía no tenemos la solución, hay voces que dicen que incorporemos a bioquímicos, bioinformáticos, cristalógrafos, físicos... para que aporten sus ideas y colaboraciones. Los resultados los veremos dentro de un tiempo. Hoy por hoy, como mínimo diría que es enriquecedor y con el mejor de los escenarios puede contribuir a encontrar una solución.
El AIDS Vaccine 2013, el congreso científico más prestigioso del mundo centrado exclusivamente en la investigación sobre la vacuna del VIH, se hará en Barcelona. ¿Estaremos en la recta final de la vacuna terapéutica?
Después de Boston (2012) el congreso vendrá a Barcelona. Pienso que es un reconocimiento internacional de la masa crítica de científicos que tenemos en este campo. El AIDS Vaccine es un congreso anual donde asisten unas 1.500 personas. Si no nos encallamos por el camino, esperamos estar en la recta final de la vacuna terapéutica.
¿Qué obstáculos se están encontrando en este largo camino?
La financiación la tenemos encarrilada por el momento. Los primeros cuatro años el proyecto ha sido financiado por la Fundación "la Caixa", los Departamentos de Salud y Universidades de la Generalitat, la Fundación Clínic y Laboratorios Esteve. A mediados del próximo año veremos como lo renovamos, espero, al menos por cuatro años más. Las instituciones nos han dicho que tienen el compromiso de hacerlo, aunque estemos en una época de dificultades.
A nivel científico, las cosas han mejorado mucho. Barcelona se ha convertido en un centro de investigación donde cada vez hay una masa crítica más importante, donde se pueden encontrar colaboraciones en otros campos. Es un lugar atractivo para investigadores de fuera, y precisamente dos de las personas más representativas de nuestro proyecto —Christian Brander y Eloísa Yuste— han dejado sus 10 años en Harvard para venir a Barcelona. Es importante ofrecer un salario competitivo, y eso tenemos que tratar de mantenerlo a pesar de los momentos en que nos encontramos.
¿Recomendaría que se aplicara en otros proyectos de investigación la fórmula del HIVACAT, un consorcio público-privado donde dos hospitales punteros —Clínico y Can Ruti— trabajan juntos y dejan de lado posibles rivalidades?
No es fácil. Ha sido una fórmula que nos ha dado buenos resultados porque ha permitido que cada centro siga haciendo su investigación en sida de forma independiente, pero en un tema concreto como es la inmunopatogenia y vacunas hemos unido los equipos y esfuerzos. Cuesta de hacer porque hay que crear una cultura de colaboración en vez de una cultura de competencia. Es una fórmula que vale la pena tener en cuenta, pero hace falta que los jefes de los equipos, en este caso el Dr. Bonaventura Clotet y yo mismo, estén convencidos y dejen de lado algunos personalismos. Luego, poco a poco se va transmitiendo al equipo. Externamente también ha sido muy bien acogida, incluso a nivel internacional, y a nivel local nos ha facilitado la financiación. Digamos que ha dado rendimiento científico, de imagen y económico.
Cuando llegue el momento, Laboratorios Esteve asumirá el desarrollo clínico hasta la comercialización de la vacuna. ¿Es importante que sea una farmacéutica catalana?
Hombre, es muy importante. Es una empresa catalana, con un tamaño medio, pero muy internacionalizada. Es importante porque si la tienes en casa es más fácil entenderte, y luego no me extrañaría que si llegamos a una fase avanzada de desarrollo incluso podría buscar otro partner mayor para completar el desarrollo (para la Fase III con inversiones de 500 a 1.000 millones de euros).
¿El bajo coste de esta vacuna hará posible que se pueda suministrar a continentes tan afectados por la enfermedad como África?
El coste es importante, pero ahora no tenemos que pensar en ello. Si tú tienes una vacuna que es activa contra el virus del sida y es viable desde un punto de vista tecnológico, no te preocupes, los medios ya saldrán para que la tenga todo el mundo que la necesite. Así como en el acceso a retrovirales ha habido algunos problemas, en el caso de las vacunas siempre se encuentran fórmulas para que lleguen donde deben llegar. No hay que dejar de trabajar en una vacuna aunque aparentemente sea cara.
¿Un alto porcentaje del presupuesto de sanidad en Cataluña se destina a enfermos crónicos de sida?
El tratamiento de los enfermos de sida representa el 30% del coste de la farmacia (hospitalaria y ambulatoria) del Hospital Clínic de Barcelona. En Cataluña se deben gastar unos 150 millones de euros, pero es una de las intervenciones médicas con una mejor relación coste-eficacia.
Han abierto las puertas a los ciudadanos para que hagan sus donativos para financiar la investigación de la vacuna. ¿Cómo está respondiendo la sociedad?
Puedes buscar un gran donante de dinero o bien entrar en el concepto de las microdonaciones. Aunque se nos ocurrió esta última fórmula, que la tenemos en el web, no la hemos potenciado suficientemente. Estamos recibiendo donativos, pero tiene un potencial mucho mayor del que hemos explotado hasta ahora.