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Barcelona, 17 de mayo de 2019.- Los principales centros de investigación catalanes participan cada año en una media de 3.400 ensayos clínicos, es decir, los estudios experimentales que permiten obtener información sobre la eficacia y seguridad en humanos de un medicamento, tratamiento o dispositivo médico. Uno de cada tres ensayos clínicos que se hacen en Cataluña (el 37,6%) son en oncología, seguidos en número por los estudios para terapias para el sistema circulatorio (8,8%), enfermedades de la sangre e inmunitarias (8%) y enfermedades infecciosas (6,3%), según datos de la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Cataluña (AQuAS).

“La calidad, seguridad, reclutamiento rápido de pacientes y un coste más competitivo que en otros países de Europa y Estados Unidos hacen de Cataluña un destino de referencia mundial para los ensayos clínicos”, destaca Jordi Naval, Director General de Biocat.

Un ejemplo es el Vall d’Hebron Barcelona Hospital Campus, uno de los más activos en Europa en ensayos clínicos. En 2018 este hospital inició 306 nuevos ensayos y tuvo más de 1.100 ensayos en marcha con más de 5.400 pacientes. Solo en 2017, Vall d’Hebron reclutó más de 1.900 pacientes nuevos para sus estudios clínicos, de los cuales más de 1.500 pacientes oncológicos. Otros centros de investigación catalanes con una intensa actividad de ensayos clínicos son los vinculados al Hospital Clínic, Hospital de Bellvitge, Sant Pau, Hospital del Mar o Parc Taulí..

 

El 60%, ensayos en fases próximas al paciente

El 20 de mayo se celebra el Día Internacional del Ensayo Clínico en conmemoración del primer estudio de este tipo, iniciado el año 1747 por un médico de la Armada británica que intentaba averiguar la causa del escorbuto que afecta a los marineros de la época. Actualmente se autorizan en Europa unos 4.000 nuevos ensayos clínicos cada año. En función de cómo de próximo esté el fármaco al momento de su comercialización, se habla de ensayo clínico en fase I, II, III y IV.

Los ensayos clínicos de fase I sirven para demostrar que un nuevo tratamiento es seguro para los humanos, y se acostumbran a hacer con voluntarios sanos. La fase II sirve para obtener más información sobre la seguridad del nuevo tratamiento y demostrar su eficacia para tratar una enfermedad determinada. La fase III sirve para comparar el nuevo fármaco con el estándar de tratamiento disponible, y la fase IV sirve para ampliar datos de seguridad y de calidad de vida una vez ya está comercializado. El 60% de los ensayos clínicos en que participan los centros catalanes son en fase III (41%) o fase IV (19%), es decir, en las fases más próximas a la comercialización del fármaco.

 

¿Cómo funciona un ensayo clínico?

Durante el desarrollo del fármaco, es decir, antes de que se pueda comercializar y utilizar en la práctica clínica habitual, se deben hacer necesariamente una serie de estudios. Además, también se continúan haciendo estudios una vez estos ya están en el mercado para investigar su eficiencia o conocer cómo afectan a la calidad de vida de los pacientes.

La participación de un paciente en un ensayo clínico es siempre voluntaria y solo puede hacerse después de haber el pasado el procedimiento del consentimiento informado, que recoge información clave sobre el ensayo, como por ejemplo el objetivo, la duración, las pruebas y procedimientos que implica, y las personas de contacto más relevantes, así como los beneficios y potenciales riesgos de la participación.

Entre los beneficios potenciales que tiene para un paciente incorporarse a un ensayo clínico destacan poder ser una de las primeras personas en beneficiarse del mismo, contribuir a hacer avanzar el conocimiento científico y médico que en el futuro pueda ayudar a otros pacientes, y beneficiarse de la gratuidad de los exámenes físicos y pruebas de diagnóstico relacionados con el ensayo clínico.

Por otro lado, entre los riesgos potenciales destacan la posibilidad de efectos secundarios diferentes a los observados o esperados con el tratamiento habitual, la posibilidad de que el nuevo tratamiento no sea mejor que el habitual, y el riesgo de que la nueva terapia no funcione para el paciente participante, aunque sí funcione en otros pacientes.

 

Sobre Biocat

Biocat es la organización que impulsa el ecosistema de la salud y las ciencias de la vida en Cataluña y trabaja para transformar la ciencia y la tecnología en crecimiento económico e impacto social. Según el Informe Biocat, el sector de las ciencias de la vida y de la salud en Cataluña genera 31.087 M€ cada año y representa el 7,2 % del producto interior bruto (PIB) catalán, contando las empresas del sector y los servicios sanitarios. En conjunto, más de 223.000 personas trabajan en el sector, alrededor de un 7% de las personas ocupadas en Cataluña.

Biocat nació en 2006 como iniciativa de la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona y reúne en sus órganos de gobierno a representantes de todos los estamentos que configuran la BioRegión de Cataluña.

 

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