La mejora genética de las plantas es imprescindible para dar respuesta a la alimentación del futuro
<p class="field-item field-item-0">Los mejores expertos mundiales en agrigenómica analizan la evolución de los vegetales en CosmoCaixa convocados por B•Debate, Centro Internacional para el Debate Científico, una iniciativa de Biocat y Obra Social “la Caixa”</p><p class="field-item field-item-1">Entender los mecanismos evolutivos de las plantas permite seleccionar características de su genoma que influyen en mejoras de todo tipo</p><p class="field-item field-item-2">El Parlament de Catalunya ha puesto en marcha la Subcomisión de Estudio de Transgénicos para debatir sobre su implantación y cultivo</p>
Barcelona, 17 de marzo 2015 – Desde la invención de la agricultura hace 10.000 años hemos transformado tanto algunas plantas y animales que ahora estas especies serían incapaces de sobrevivir en la naturaleza. “Nos alimentamos de especies inventadas por el ser humano, fruto de la modificación genética, como el maíz”, comenta Josep Casacuberta, líder científico de este B·Debate y coordinador del programa de genómica de plantas y animales del Centro de Investigación Agrigenómica (CRAG).
La nueva edición de B·Debate, Centro Internacional para el Debate Científico, una iniciativa de Biocat y Obra Social “la Caixa”, se ha centrado en entender los mecanismos evolutivos de las plantas para seleccionar características de su genoma que influyen en mejoras de todo tipo, desde características organolépticas de tacto, sabor y aroma, hasta la calidad nutricional y la conservación de estos productos alimentarios.
Antes, estos cambios en las variedades vegetales se conseguían de forma intuitiva. Ahora, gracias a la investigación científica, existen diferentes técnicas de mejora más precisas, como la selección asistida por marcadores o la transgenia, que es la última que se ha incorporado en la mejora de plantas. Por ejemplo, desde la década de los 50 se utilizan rayos X para modificar el genoma de las plantas a través de la radiación. “Sin estos avances no podríamos dar respuesta al reto de la alimentación del futuro y mejorar las especies que comemos”, añade Casacuberta.
Este año el Parlament de Catalunya ha puesto en marcha la Subcomisión de Estudio de Transgénicos, que depende de la Comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca, para debatir sobre la implantación y el cultivo de transgénicos en Cataluña. El pasado 25 de febrero se celebró la primera sesión de comparecencias.
La modificación constante de las plantas desde el Neolítico es el que ha permitido a la humanidad aumentar la producción y la calidad de los alimentos a lo largo de la historia. Pero en los próximos 50 años tendremos que producir más alimentos de los que hemos cultivado durante toda la humanidad: la producción de alimentos tendrá que aumentar un 70% para abastecer la población mundial en 2050, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En el último medio siglo la población mundial se ha doblado, mientras que el aumento del rendimiento de los cereales se ha multiplicado por tres. Las mejoras de producción se han conseguido, entre otros, aumentando la superficie conreada, y el agua y los abonos utilizados. “Esto ya no es posible, hecho que nos obliga a utilizar todas las herramientas a nuestro alcance, como la mejora en el conocimiento básico de la genética de plantas”, comenta Casacuberta.
Las especies del futuro: cómo conseguir más con menos
Uno de los retos de futuro de la agrigenómica es conseguir variedades de plantas más eficientes con el objetivo de aumentar la producción sin incrementar los recursos de espacio, agua y abono investidos al cultivarlas en un contexto de cambio climático que dificultará el conreo.
El año 2000 se publicó el primer genoma de una planta; a día de hoy ya se dispone del genoma completo de más de 80 especies, así como el genoma de diferentes variedades de la msma especie: unas bases de datos a las que acceden continuamente los mejoradores de plantas. Por ejemplo, ya conocemos el genoma de 100 variedades de pepino o sandía. Hasta se ha publicado el genoma de 3.000 variedades de arroz proveniente de 89 países. “Hace falta democratizar este conocimiento y aplicarlo a las variedades locales”, destaca Casacuberta.
El programa detallado de B·Debate (http://www.bdebate.org/) “Evolution of plant phenotypes. From genomes to traits” (Evolución de los fenotipos de las plantas. De los genomas a las características) está disponible en este enlace.
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