Cuatro empresas y centros de Cataluña entran en un consorcio internacional para estudiar la respuesta inmune a las prótesis cardíacas
InKemia IUCT Group, el Institut Català de la Salut, el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge y Mind the Byte tienen un papel clave en la investigación clínica y el descubrimiento de fármacos potenciales.
Redacción
Los trastornos asociados a las válvulas cardíacas son la tercera causa de las enfermedades cardiovasculares y su reemplazo la segunda intervención quirúrgica más frecuente en cirugía cardiaca. Un consorcio internacional integrado por 13 hospitales, centros de investigación y pymes investigará los próximos cuatro años los factores que provocan el fallo de estas prótesis de origen biológico y también cómo mejorar su ciclo de vida.
De Cataluña participan el grupo empresarial InKemia IUCT, el Institut Català de la Salut, el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell) y la start- up Mind the Byte. Otros socios de prestigio son el Instituto Nacional de la Salud y la Investigación de Francia, el Centro Hospitalario Universitario de Nantes (Francia), la University College of London (Reino Unido), la Universidad de Tel Aviv (Israel), la Universidad de Gothenburg (Suecia), The Regents of the University of California (Estados Unidos) y la biotecnológica italiana Avantea.
El proyecto se llama Translink (Defining the role of xeno-directed and autoimmune events in patients receiving animal-derived bioprosthetic heart valves) y cuenta con un presupuesto de 7,8 millones de euros financiados por la Unión Europea.
Los socios del consorcio esperan que con los resultados puedan dar soluciones preventivas, desarrollando prótesis valvulares cardíacas que no contengan antígenos responsables de la respuesta inmune, y en el tratamiento, a través de bioadsorbentes de los anticuerpos relacionados con el daño de las prótesis.
Cada año 300.000 pacientes se benefician de una prótesis valvular cardiaca de origen animal, que tiene ventajas respecto a las mecánicas como la ausencia de la dependencia anticoagulante. El inconveniente es una vida media más corta, con mayor riesgo para los pacientes jóvenes. Si se consiguen los resultados esperados, se prevé que se pueda aplicar el tratamiento en pacientes menores de 65 años, y eso quiere decir que unos tres millones de personas en todo el mundo se beneficiarían.
Los socios catalanes del consorcio tienen un papel importante tanto en las investigaciones clínicas y el desarrollo de modelos experimentales para conocer las causas del daño de estas válvulas como en el descubrimiento de nuevos tratamientos para evitarlo. El Dr. Josep Castells, presidente de InKemia IUCT Group considera que es un consorcio "con los mejores especialistas de cada área de conocimiento tanto a nivel molecular como de diagnóstico y quirúrgico". Y destaca la presencia de pymes "que permitirán la rápida implantación de los resultados que se consigan y que lleguen a los pacientes en un período razonable de tiempo".
A pesar de ser un consorcio de investigación amplio, el proyecto está dividido en subproyectos y únicamente los socios que trabajan en el desarrollo del fármaco (InKemia, Idibell y Mind the Byte) tienen derechos sobre la explotación de los candidatos. Para el fundador y director general de Mind the Byte, el Dr. Alfons Nonell-Canals, "es un proyecto de alto nivel científico y un claro ejemplo de la necesidad de la colaboración multidisciplinar" .