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Cada célula humana alberga hasta dos metros de ADN en su interior, pero sólo aproximadamente un 2% de este material genético ejerce una función concreta. Durante años se había pensado que el 98% restante del material genético era ADN basura, pero a día de hoy los científicos están viendo que aunque estas regiones del genoma no codifiquen proteínas también juegan un papel relevante en la aparición y la evolución de enfermedades como el cáncer, entre otras funciones.

Son estas funciones del ADN basura (actualmente bautizado como genoma oscuro) las que han centrado el tema de este B·Debate titulado Coding and Non-coding Functions of the Genome, que forma parte del tercer mitin de las Barcelona Conferences on Epigenetics and Cancer (BCEC). El BCEC es un ciclo anual de conferencias impulsado por cinco centros de investigación catalanes punteros: el Centro de Regulación Genómica (CRG), el Instituto de Biología Molecular de Barcelona (IMB-CSIC), el Instituto de Medicina Predictiva y Personalizada del Cáncer (IMPPC), el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona (IRB Barcelona), y el Programa de Epigenética y Biología del Cáncer (PEBC) del IDIBELL.

"La medicina personalizada debe tener en cuenta el ADN no codificante, sino su visión del problema es parcial", comenta Luciano Di Croce, colíder junto con Marcus Buschbeck de este B•Debate y responsable del laboratorio en epigenética del cáncer del CRG. Las células madre también tendrán un papel destacado en esta conferencia, ya que comparten con las células cancerígenas su gran capacidad de reproducción, aunque las últimas han perdido la capacidad de regularse a sí mismas y frenar la diferenciación. Entender la biología básica de las células madre podría tener un potencial en el tratamiento del cáncer, que aún está por explorar.

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