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Miquel Martí

director del Centro Internacional para el Debate Científico (CIDC)


Está al frente del CIDC desde hace casi un año. Ingeniero industrial por la UPC y MBA por ESADE, antes de iniciar la etapa en el CIDC fue responsable de la sede en Barcelona de la Agencia de Acreditación en Investigación, Desarrollo e Innovación Tecnológica (AIDIT). Ahora afronta el reto de impulsar debates científicos "de frontera" entre especialistas internacionales, poniéndolos al alcance de la comunidad científica catalana y de la sociedad.


Desde hace aproximadamente dos años, el Centro Internacional para el Debate Científico (CIDC), una iniciativa de Biocat con el apoyo de la Obra Social "la Caixa", impulsa encuentros donde científicos de prestigio —del país e internacionales— debaten, colaboran e intercambian conocimientos sobre investigación de excelencia en el ámbito las ciencias de la vida.

El CIDC, además de fomentar el debate sobre temáticas situadas en las fronteras de la ciencia, busca el impacto sobre la sociedad con la divulgación de los contenidos científicos a través de simposios y jornadas abiertas y con el impulso de la reflexión sobre los grandes retos colectivos, de la sostenibilidad medioambiental o la salud como derecho básico a las implicaciones éticas de la investigación. El objetivo último es que Barcelona sea reconocida como la ciudad del conocimiento que ya es y Cataluña, como país de excelencia científica.

Durante este tiempo, el Centro ha reunido en Barcelona cerca de 500 científicos y expertos de centros de investigación de referencia mundial, que trabajan en ámbitos como la salud internacional, las neurociencias (Alzheimer), la descodificación del genoma humano, las nuevas terapias para la diabetes tipo 1 o la investigación en medicina deportiva. El Centro ha contado para ello con la colaboración y la complicidad de organizaciones vinculadas a diferentes niveles en investigación, tanto de Cataluña —CRG, PRBB, BSC, CNAG, CRESIB, ISGlobal, CBATEG-UAB, CIBERDEM— como internacionales —ENCODE Consortium, EASD, o JDRF, entre otras.

El programa de actividades para 2011 consta de nueve actividades, y abarca temas tan diversos como la investigación en fertilidad humana, la agrogenómica o el impacto de los avances de la biología en las estructuras sociales actuales. Se inició los días 9 y 10 de marzo en el CosmoCaixa de Barcelona con unas jornadas científicas sobre los retos que implican las enfermedades emergentes y los movimientos migratorios globales, que fueron co-organizadas conjuntamente por el CRESIB, el ISGlobal y el CIDC y que contaron con la participación de especialistas de Italia, Francia, Alemania, Reino Unido, Holanda, Dinamarca, Bolivia y Cataluña, entre ellos el Dr. Pedro Alonso y el Dr. Antoni Trilla.

El CIDC es un proyecto nacido hace relativamente poco tiempo y que ha tenido una cierta evolución. ¿Cuál ha sido?

Inicialmente, se había concebido a la manera de un club novecentista: se pensaba en un espacio aislado donde unos científicos seleccionados se podían retirar para pensar y encontrar soluciones a los retos científicos que se plantearan.

De la idea inicial, mantenemos la vocación internacional, la apuesta por el debate fronterizo y la idea de potenciar la marca Cataluña como sinónimo de país de excelencia científica, pero hemos evolucionado hacia un concepto más abierto. Queremos propiciar debates integradores entre expertos de múltiples disciplinas científicas, que aborden las diferentes problemáticas planteadas desde puntos de vista diversos y que sean capaces de aportar soluciones a los retos que tiene planteados la sociedad, moviéndonos siempre, eso sí, en el ámbito de las ciencias de la vida. Hablamos de temas como el envejecimiento, la medicina personalizada, la salud global o la fertilidad.

Se trata de fomentar nuevas formas de hacer ciencia, donde se dé un papel protagonista al diálogo interdisciplinario y se busque de manera permanente una conexión directa con la sociedad, como origen de inquietudes a las que la ciencia debe dar respuesta y como destinatario final del conocimiento generado.

¿Cuál es la aportación del CIDC en la BioRegió de Catalunya?

Por un lado, nuestras actividades constituyen un polo de atracción de científicos internacionales, que tienen así la oportunidad de conocer de primera mano la potencia de nuestro país en biotecnología, en biomedicina y en tecnologías médicas. Esta aproximación propicia que se valoren en todo el mundo nuestros recursos en términos de infraestructuras de investigación, de personas y de producción científica, y que a la vez Barcelona y Cataluña se vean como un destino atractivo para trabajar y desarrollar proyectos científicos.

Por otro lado, con los simposios y debates abiertos y con la divulgación de los contenidos que se trabajan en el Centro, acercamos la ciencia, y en particular la biotecnología, a la sociedad.

Queremos hacer una contribución significativa tanto en la consolidación del bioclúster catalán como en su proyección internacional.

¿El Centro hace un papel que no hacía ninguna otra entidad en Cataluña?

En Barcelona y Cataluña, contamos con muchas entidades que organizan debates, simposios y congresos científicos y las universidades, parques científicos y centros de investigación organizan múltiples actividades divulgativas. Pero no existía hasta ahora una entidad con las características del CIDC.

De alguna manera, cuando desde Biocat y "la Caixa" pensamos el Centro, lo que queríamos era integrar estos esfuerzos, no con la voluntad de sustituir a nadie, sino de actuar complementariamente y colaborar para conseguir un mayor impacto conjunto.

Si nos tuviéramos que reflejar en alguna entidad, nuestro referente deberían ser las Gordon Research Conferences (EE.UU.), aunque otras iniciativas conocidas, como son las conferencias de la European Science Foundation (ESF Research Conferences), nos sirven de inspiración.

Después de unos años vinculado al ámbito universitario, ¿qué le empujó a incorporarse a la dirección del CIDC?

En primer lugar, la posibilidad de trabajar para el país de una manera más activa incorporándome a una entidad como Biocat. También, trabajar en un proyecto muy alineado con mis propios valores, manteniendo un contacto constante con expertos, ahora en el ámbito de las ciencias de la vida, y conocer de primera mano el estado del arte o el futuro de iniciativas científicas fronterizas, que están llamadas a ser la base de grandes cambios a lo largo del siglo XXI.

¿Qué espera del Centro como director?

Mi principal objetivo es seguir dando cuerpo a la iniciativa. No sólo a través de la ejecución del programa de actividades de 2011 y 2012, sino también alcanzando las complicidades necesarias con nuevos socios de conocimiento, principalmente, las universidades, los parques científicos y los centros de investigación catalanes. Una vez alcanzado este primer paso, dirigiremos nuestra atención a conseguir acuerdos de colaboración con entidades de referencia internacional.

¿Cómo valoran los científicos de nuestro país estos encuentros con investigadores y entidades internacionales?

Tanto los científicos del país como los internacionales han manifestado su satisfacción por haber participado en las jornadas de debate celebradas, y los de fuera también por la posibilidad de conocer con mayor profundidad las potencialidades del país en el ámbito de investigación. En algunos casos nos han informado que se han establecido acuerdos de colaboración a partir de las actividades realizadas en el Centro y  en otras han manifestado la voluntad de presentar nuevas propuestas de debate para la programación de actividades en 2012.

¿Qué debates científicos ofrecerá el CIDC este año?

El Centro ha abierto las actividades anuales con unas jornadas de debate entre especialistas en salud de los migrantes y enfermedades importadas, que han ido seguidas de un simposio abierto sobre la posibilidad de la reintroducción en Cataluña de enfermedades que se consideraban erradicadas.

El programa previsto para este año incluye jornadas de debate cerradas en los ámbitos de la bioinformática para el ensamblaje genómico (abril), la interacción de la luz y el reloj circadiano de las plantas (mayo), la preservación de la fertilidad en pacientes afectados por enfermedades como el cáncer (julio), la investigación básica y aplicada en músculo y tendón (septiembre) y también el uso de la luz para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas y la investigación oncológica (mayo). El Centro también organizará, junto con el CCCB, unas jornadas de debate sobre la ciencia y la vida, contraponiendo los puntos de vista de científicos y de filósofos y humanistas (octubre) y, finalmente, el año se cerrará con la organización, conjuntamente con la New York Academy of Sciences y "la Caixa", de unas jornadas sobre enfermedades cardiovasculares (noviembre).

En resumen, trataremos desde la investigación básica y aplicada puntera en varios campos científicos hasta el impacto de la biotecnología en nuestra sociedad desde un punto de vista filosófico. Es un programa que responde claramente a la voluntad del CIDC de organizar debate puntero y a la vez divulgar aquellas temáticas de salud que preocupan a la sociedad.

¿Qué características deben tener las propuestas para optar a integrar el programa de actividades del CIDC?

El programa de actividades se desarrolla a través de una convocatoria anual de propuestas abierta a investigadores reconocidos vinculados a entidades de investigación del país. Las propuestas deben estar enfocadas a temáticas en las fronteras de la investigación en ciencias de la vida y deben estar planteadas de manera transversal, es decir, aportando al debate los puntos de vista de expertos de diversas disciplinas científicas.

El debate debe tener una clara orientación internacional, ya sea a través de la temática planteada o por los científicos invitados y las organizaciones involucradas. Finalmente, el tema propuesto debe ser de interés social.

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