El investigador Luis Serrano, nuevo director del Centre de Regulació Genòmica de Barcelona
El Patronato del CRG acaba de nombrar oficialmente el sucesor de Miguel Beato, que ha estado al frente de la entidad los últimos diez años.
REDACCIÓN
El Patronato del Centre de Regulació Genòmica (CRG) acaba de nombrar el investigador Luis Serrano nuevo director de la entidad por un período de cinco años. Serrano sustituye Miguel Beato, que ha estado al frente de la institución durante los últimos diez años (periodo máximo estipulado para este cargo).
Nacido en Madrid hace 52 años y doctor en bioquímica por la Universidad Autónoma de Madrid, Luis Serrano ha sido, entre otros, jefe de grupo en el Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL) en Heidelberg (Alemania) y jefe del programa de Biología Estructural y Computacional de forma paralela en el EMBL y el CNIO. Actualmente, es profesor de investigación ICREA y dirige el programa de Biología de Sistemas en el CRG.
Luis Serrano: "Espero hacer del CRG un centro de referencia europeo en análisis del genoma humano"
En esta nueva etapa, Luis Serrano seguirá en la misma línea para conseguir que "el CRG sea un centro de referencia europeo en análisis del genoma humano. Para ello, mis retos serán atraer financiación privada mediante el mecenazgo y colaboraciones con la empresa, y consolidar y reorganizar el instituto para hacerlo más eficiente", ha explicado.
Al mismo tiempo, además de seguir investigando para comprender el genoma humano y la complejidad de la vida, su objetivo será "traducir este conocimiento para que revierta en una mejor salud y calidad de vida de nuestra sociedad, y para que se convierta en riqueza económica para el país ".
A partir de ahora el CRG basará su actividad en cuatro grandes pilares: en una investigación de excelencia, en la traducción del conocimiento científico del centro en beneficios para la salud de las personas y para la economía del país; en comunicar a la sociedad los avances de la ciencia, establecer un diálogo bilateral y ser receptivos a sus demandas, y formar a la nueva generación de investigadores, desde los más jóvenes, con actividades escolares, hasta los científicos establecidos, para consolidar las sus carreras.
Serrano también ha explicado que afronta esta nueva etapa con ilusión y que "una de las razones por las que volví hace cinco años en España tras 18 años en Inglaterra y Alemania, y renuncié a mi plaza como director de programa en el EMBL y a poder ser director de Max Planck, fue el desafío de ayudar a crear un centro español de relevancia internacional que compitiera con los mejores centros a nivel mundial. He intentado hacerlo desde mi posición de coordinador de programa primero, y de subdirector después, y ahora se me presenta el desafío de hacerlo desde la dirección. Es una gran oportunidad y espero estar a la altura".
Miguel Beato: "Teníamos el EMBL como modelo de referencia y, en algunos aspectos, lo hemos sobrepasado”
Por su parte, Miguel Beato ha hecho balance de estos diez años: "Teníamos el EMBL como modelo de referencia y, en algunos aspectos, lo hemos sobrepasado. De hecho, tener sólo diez años de vida nos ha permitido una mayor flexibilidad para adaptar el modelo a las nuevas tendencias". También ha destacado que en estos diez años "ha habido un cambio notable en la sociedad, sobre todo en la sociedad catalana, que nos ha apoyado mucho. El CRG ha gozado de un apoyo continuado que nos ha permitido sobrepasar los planes iniciales. Hemos conseguido atraer excelentes colegas, de la tierra y extranjeros, porque les hemos ofrecido unas instalaciones y un entorno altamente competitivos".
El CRG se sitúa en la posición 32 dentro del ranking Scimago 2010, que evalúa más de 2.800 centros de investigación de todo el mundo. Según este índice, también es el segundo centro del Estado español y el duodécimo de Europa, si tenemos en cuenta la alta calidad de sus publicaciones científicas. Por otra parte, el CRG se sitúa en primera posición a nivel estatal si tenemos en cuenta indicadores como la tasa de colaboraciones internacionales o el número de citas por artículo científico publicado.