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Expertos internacionales en sueño han presentado en Barcelona el ‘Manifiesto del Sueño’ para reivindicar el papel del descanso en la salud humana y el envejecimiento saludable. Lo han hecho en el marco del B·Debate “Sleep: the fourth pillar of health”, una iniciativa de Biocat y la Obra Social “La Caixa” celebrada el 18 y 19 de octubre en CosmoCaixa. Además, también han dado a conocer el ‘Libro Blanco del Sueño’.

La jornada ha sido coorganizada por el Observatorio Global del Sueño, IRB Lleida y AdSalutem Institute. “Si no dormimos suficiente, tanto en calidad como en cantidad, nuestra salud pagará un precio”, ha advertido Ferran Barbé, colíder de B·Debate y responsable del Hospital Universitario Arnau de Vilanova y del Institut de Recerca Biomèdica de Lleida (IRBLleida). Barbé ha reivindicado la necesidad de transformar los hábitos de toda la sociedad para aproximarse a lo que ha definido como una rutina ideal: “levantarse temprano, salir de casa desayunados ya con luz, comer algo ligero a media mañana, comer hacia la 1, salir del trabajo hacia las 5, cenar a las 8 y a las 10 todo el mundo durmiendo”.

Los expertos han recordado que los cuatro pilares de la salud humana son la dieta, el ejercicio, el bienestar emocional y el sueño. “Si el sueño no ocupara una función vital, sería el error más grave de nuestra evolución –ha recordado David Gozal, responsable de salud infantil en la Escuela de Medicina de la Universidad de Missouri (EEUU)-. Es un pilar no solo de nuestra salud sino de nuestra vida”. Dormir da la oportunidad al cerebro de reiniciarse y funcionar correctamente. Además, también tiene un papel muy relevante en los sistemas endocrino e inmunitario. A pesar de estas evidencias, el sueño aún es el gran olvidado y la asignatura pendiente.

Según los expertos, de media un adulto debería dormir entre 7 y 8 horas diarias. Dormir poco o demasiado, y mal, hace que vivamos menos años y con una peor calidad de vida. Por eso, las personas que no tienen un buen sueño son más propensas a sufrir enfermedades como las patologías cardiovasculares y cerebrovasculares, hipertensión arterial, obesidad, diabetes tipo 2 y muchas otras enfermedades, incluso la aparición de determinados cánceres.

Más allá de la salud, el sueño deficiente también afecta al rendimiento cognitivo. Los niños y las niñas que no duermen suficiente presentan un rendimiento escolar mucho más bajo que el resto, así como problemas de concentración, de comportamiento y de ansiedad. Entre los adultos, los científicos han visto una relación muy clara entre la falta de sueño y el rendimiento y los accidentes laborales. De hecho, Gozal ha destacado la importancia económica del sueño ya que, tal y como ha recordado, “estudios demuestran que dormir una hora más aumentaría un 16% nuestra productividad”.

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