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Redacción

Científicos del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa y el Institut d’Investigació en Ciències de la Salut Germans Trias i Pujol han identificado ocho moléculas que se podrían utilizar para perfeccionar la detección del síndrome de fatiga crónica (SFC). El estudio demuestra que hay alteraciones en estas proteínas que se asocian a una peor repuesta inmunitaria. Esta relación “podría contribuir a mejorar la fiabilidad y la rapidez del diagnóstico de una patología que hoy en día está mal definida a nivel molecular”, explica el Dr. Julià Blanco, coordinador del estudio i responsable del Grupo de Virología e Inmunología Celular del Institut d’Investigació en Ciències de la Salut Germans Trias i Pujol.

La fatiga crónica es una enfermedad muy compleja que tiene efectos en los sistemas inmunitario, neurológico, cardiovascular y endocrino. Además de provocar un cansancio continuo que no se alivia reposando, dificulta la concentración y crea intolerancia a la luz, al estrés emocional y al ejercicio físico. Los pacientes suelen reducir en gran medida su actividad, ya que el SFC también puede producir dolor muscular, articular o cabeza, insomnio y una sensación de gripe constante. Actualmente, los médicos diagnostican la afección a partir de la evaluación de estos síntomas y sólo después de descartar otras posibilidades. En España se calcula que afecta a una de cada 1.000 personas, pero las cifras en el resto del mundo se mueven entre el 2,4 y el 4,2 de cada 1.000, según un artículo de Population Health Metrics (PHM).

Para llevar a cabo el estudio, publicada en la revista científica Journal of Translational Medicine, los investigadores analizaron y compraron más de 100 rasgos inmunitarios. En pacientes con SFC se registró este octeto de moléculas alteradas, que pueden servir como biomarcadores para detectar el síndrome. A pesar de que hoy en día todavía se desconocen sus causas, Julià Blanco destaca la importancia del descubrimiento diciendo que la “relación entre el SFC y el sistema inmunitario es fundamental para avanzar en la descripción completa del cuadro clínico de las personas que la sufren”. El Dr. Blanco insta a profundizar en el papel que juegan otros sistemas biológicos y señala que hace falta comprobar los resultados obtenidos a partir de nuevos estudios. 

En este trabajo han colaborado el grupo de Fatiga Crónica del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR) y la Clínica privada SFC de Tarragona que dirige la Dra. Josep Rigau, y diferentes asociaciones de pacientes lo han apoyado. 

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