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La BioRegión de Cataluña cuenta con un alto nivel científico en terapias avanzadas y emergentes, una red de institutos de investigación e inversión y hospitales de primer nivel, centros como el Hospital Clínic y el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (pioneros en el Estado español en desarrollar CAR-T propios con resultados esperanzadores), un buen número de startups, spinoffs, scaleups y firmas de inversión en biomedicina en crecimiento, que la sitúan entre los primeros ecosistemas de innovación en salud de Europa. Actualmente, Cataluña concentra el 60 % de la investigación que se realiza en el Estado en este ámbito, y la mitad de los hospitales de referencia a nivel internacional. 

En noviembre del 2022, el Gobierno de la Generalitat nombró a Biocat coordinador del futuro hub de Terapias Avanzadas, que contará con el Centro Nacional de Terapias Avanzadas de Catalunya como infraestructura clave, ubicado en el Banc de Sang i Teixits. «El objetivo es la aplicabilidad de la investigación, que ésta se convierta en producto sanitario y pueda mejorar la salud de la población», decía el consejero Manel Balcells el día de su presentación. En este sentido, se trabajará para garantizar la necesaria translación y validación clínica, y la adopción e implementación de estas tecnologías en el sistema de salud.

El pasado mes de febrero, Biocat convocaba la primera reunión del grupo promotor del hub, con representantes de toda la cadena de valor (sistema de I+D, tejido industrial y emprendedor, gestores de capital riesgo y Administración pública). El grupo ha hecho ya un primer diagnóstico para identificar los principales retos que hay que afrontar y preparar un plan de acción a tres años, con responsabilidades asignadas a cada uno de los agentes del sistema. El informe resultante se presentará al Gobierno de la Generalitat el próximo mes de octubre. 

Según Robert Fabregat, director general de Biocat: “Todos los agentes de la cadena de valor, públicos y privados, compartimos como máxima prioridad democratizar el acceso a estas nuevas terapias y hacerlas sostenibles por los sistemas de salud. Afrontar este reto requiere analizar con rigor las principales barreras y dificultades en su desarrollo, así como lograr consensos entre actores con visiones e intereses diversos pero todos ellos imprescindibles. El informe que estamos elaborando conjuntamente pondrá sobre la mesa las acciones y medidas concretas que se han de llevar a cabo para avanzar con garantías de éxito en el impulso y consolidación del Hub.”


Una oportunidad para el ecosistema

Este proyecto es una apuesta clara de la Generalitat para posicionar Cataluña en un área que ha captado el interés de la comunidad internacional por el impacto positivo que se espera con el despliegue de este sector. Entre otras cosas, el hub permitirá aumentar sustancialmente el pipeline de terapias avanzadas en desarrollo clínico, aumentar la capacidad de los hospitales catalanes para llevar a cabo ensayos en terapias avanzadas, generar talento formado en estas tecnologías o desarrollar una industria propia de terapias avanzadas y bioingeniería de alto interés estratégico.

«Una estrategia de país en terapias avanzadas permitirá a Cataluña liderar la innovación en este campo emergente», resume Lluís Pareras, socio fundador de InVivo Capital y miembro del Hub de Terapias Avanzadas. «Se podrán impulsar investigaciones y desarrollos científicos, así como atraer talento e inversiones en el sector». Pareras recuerda que las terapias avanzadas pueden transformar el tratamiento de enfermedades graves y crónicas. «Con una estrategia de país se puede promover y facilitar el acceso a estas terapias innovadoras, mejorando la salud y la calidad de vida de los ciudadanos», subraya Lluís Pareras. «No nos podemos quedar atrás, los enfermos deben seguir teniendo acceso a una de las mejores sanidades del mundo».

Para Esteve Trias, director técnico de Terapias Avanzadas del Hospital Clínic, director médico de Leitat y miembro del grupo promotor del hub, «hay un componente de ahora o nunca, porque es un campo que avanza muy rápido y, si no nos espabilamos, aportamos los recursos coordinados y trabajamos en red ayudándonos entre las diversas estructuras y entidades que tienen capacidades, podemos quedarnos atrás en un campo en el que ahora mismo estamos a la vanguardia». Esta coordinación de capacidades, advierte Esteve Trias, «no quiere decir centralización ni mecanismos de control, sino acelerar todas las capacidades para poder avanzar con rapidez». En la misma línea se manifiesta Isabel Amat, Global Head of Innovation and Pipeline Management de Reig Jofre y miembro del grupo promotor del hub: «Es importante una estrategia unitaria de todos los agentes implicados: no hay que dejar de liderar las iniciativas individuales, como los CAR-T de cada hospital, pero sí alinearlas y ver qué rol pueden tener también las empresas privadas, más allá de financiar estas terapias», apunta Amat. 


La necesaria colaboración público-privada

El nuevo hub requiere la coordinación entre los actores del ecosistema. «Uno de los ejes de acción debe ser fomentar la colaboración entre empresas, universidades, centros de investigación, hospitales y otros agentes clave en el campo de las terapias avanzadas, y eso puede incluir la creación de redes de colaboración, la realización de proyectos conjuntos y el intercambio de conocimientos y recursos para acelerar la innovación y la transferencia de tecnología», explica Lluís Pareras.

La coordinación entre agentes públicos y privados es uno de los grandes retos que afronta el hub. «Las terapias avanzadas no se pueden desarrollar solo desde el ámbito académico, porque es imposible tener capacidad financiera y tecnología suficiente para todas las oportunidades terapéuticas, y tampoco solo desde el ámbito privado, porque tenemos una investigación y una identificación de necesidades que viene del entorno académico y que debe alimentar este ecosistema», recuerda Esteve Trias. Por ello, Trias insiste en la importancia de «crear una estructura de colaboración público-privada donde el sistema público pueda impulsar lo privado con las garantías de que su retorno estaría asociado no solo al desarrollo del ecosistema, sino también al acceso a estas terapias en el sistema público de salud».

Hospitales como el Clínic o Sant Joan de Déu han obtenido aprobación regulatoria para administrar en pacientes sus propios CAR-T por la vía de la exención hospitalaria, pero escalar estos tratamientos a todo el sistema requiere la implicación de la industria. «Siempre es más controvertido ayudar a las empresas que ayudar a la investigación o a los hospitales, pero hay que ser valientes políticamente y hacer consorcios público-privados que eviten que la oportunidad se nos pase de largo por no ser capaces de generar un tejido empresarial que pueda hacer realidad las terapias avanzadas más allá de la investigación», advierte Isabel Amat.


El reto de la financiación 

Las terapias avanzadas son costosas de desarrollar, producir y administrar. «Estar bien financiado y captar capital para avanzar es un reto inherente del hub. Si no tenemos financiación, podemos crear una estructura, pero no será suficiente», advierte Esteve Trias, director técnico de Terapias Avanzadas del Hospital Clínic y director médico de Leitat.

En este sentido, el Centro de Terapias Avanzadas contará con 60 millones de euros para los próximos tres años, pero, además, en el marco del proyecto del hub, se optará a convocatorias y ayudas competitivas para proyectos estratégicos en el desarrollo y la implementación de las terapias avanzadas, facilitando el acceso a otras fuentes de financiación (por ejemplo, PERTE Salud, FEDER, etc.). También se trabajará para impulsar todas aquellas iniciativas estratégicas necesarias para el sistema, buscándose la financiación requerida para llevarlas a cabo —como las convocatorias actuales del ISCIII y el CDTI— y promoviendo e intensificando la colaboración público-privada con el objetivo de alcanzar acuerdos con farmacéuticas para su desarrollo industrial.


El talento, pieza imprescindible

La falta de perfiles profesionales especializados es una de las necesidades identificadas a lo largo de la cadena de valor del futuro hub de terapias avanzadas. «Cuando se pongan en marcha salas blancas nos hará falta gente formada en temas de calidad, regulación, normas de fabricación, etc., porque fabricar el mismo fármaco en diferentes lugares implica una necesidad de control y gestión de calidad que no nos encontramos con otras terapias», ejemplifica Isabel Amat.

En este sentido, Lluís Pareras propone promover programas educativos y de formación especializados en terapias avanzadas para atraer y desarrollar el talento necesario en este ámbito. «Esto incluye la colaboración con universidades y centros de investigación para ofrecer programas de máster y doctorado, becas de investigación y otras iniciativas para atraer y retener a profesionales cualificados», detalla Pareras.

Tal y como apunta Robert Fabregat, el próximo mes de octubre se presentará el Informe que marcará las acciones a llevar a cabo en lo sucesivo. "Las capacidades las tenemos, las oportunidades están, solo hay que generar las conexiones necesarias para aprovecharlas y extraer el máximo rendimiento.” afirma el máximo responsable de Biocat.

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