La ministra Garmendia inaugura el edificio de 9.200 metros cuadrados del Centro de Investigación en Agrigenómica
El CRAG tiene una treintena de grupos de investigación dedicados a la genómica y la biología molecular de plantas y animales de granja.
REDACCIÓN
Hoy se ha inaugurado el nuevo edificio del Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG), en el campus de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), con la presencia de la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia. Han acompañado a la ministra, el presidente del CSIC, Rafael Rodrigo; el secretario general de Universidades e Investigación de la Generalitat de Catalunya, Antoni Castellà; el director general del IRTA, Josep M. Monfort; la rectora de la UAB, Ana Ripoll; el vicerector de Investigación de la UB, Jordi Alberch y el director del CRAG, Pere Puigdomènech.
Las instalaciones ocupan 9.200 metros cuadrados distribuidos en cuatro plantas, y cabe destacar los 600 metros destinados a invernaderos, que permiten estudiar el crecimiento de las plantas en condiciones controladas, un laboratorio de genómica y de secuenciación capilary masiva, y laboratorios de microscopía confocal y de proteómica.
El nuevo edificio ha supuesto una inversión de unos 20 millones de euros, aportados por partes similares por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y por la Dirección General de Investigación de la Generalitat de Catalunya. La participación de fondos europeos es aproximadamente de un 50% en ambos casos. Se ha construido en unos terrenos cedidos por la UAB.
El CRAG desarrolla investigación de frontera en el ámbito de la genómica, la biología molecular vegetal, la genética de animales de granja, y en el desarrollo de aplicaciones moleculares útiles para el cultivo y la crianza de las especies de interés agrícolas y ganaderas. Los 51 investigadores que trabajan provienen de las diferentes instituciones que se han unido progresivamente al consorcio —CSIC, IRTA, UAB, UB, ICREA y contratados por el mismo CRAG-— y tienen una trayectoria científica consolidada. Según Pere Puigdomènech, "la unión de todos ellos en un solo centro supone una apuesta de futuro para conseguir sinergias entre los grupos, tener una visibilidad común en el entornos nacional e internacional y optimizar recursos en proyectos e infraestructuras". Con todo el personal, el CRAG da trabajo a 239 personas.
Pioneros en genética molecular en el Estado español, algunos de sus grupos de investigación han participado en proyectos internacionales emblemáticos como la primera secuencia de un gen de plantas publicada en España, la secuenciación del genoma completo de Arabidopsis thaliana (planta modelo para la biología molecular), la secuenciación del genoma del melón, el estudio de genes que participan en el desarrollo de las plantas y su defensa frente a patógenos, y la biosíntesis de pigmentos o aromas.
Los grupos de investigación del CRAG también han innovado en el uso de aproximaciones moleculares para la mejora de plantas y animales de granja, y mantienen contratos estables de colaboración con empresas del sector agroalimentario.
En 2010, el CRAG estaba desarrollando más de medio centenar de proyectos por un valor de unos cinco millones de euros, entre ellos, seis proyectos europeos, un proyecto EURYI y una ERC Starting Grant.
¿Por qué estudiar la genética de plantas y animales?
El conocimiento de las plantas y los animales domésticos es esencial para la supervivencia de la especie humana. Hoy las técnicas moleculares, y en particular el desarrollo de la genómica, ofrecen nuevas posibilidades para afrontar los problemas de producción de alimentos y otros productos industriales necesarios para atender las demandas de una población creciente y cada vez más exigente. Esta producción debe hacerse en un futuro disminuyendo el impacto ecológico.
En los países desarrollados la industria agroalimentaria es la encargada de transformar los productos de la agricultura y la ganadería, en alimentos de calidad para el consumidor. La industria necesita productos económicamente competitivos, pero el consumidor pide también calidad y seguridad. En este contexto, la investigación básica en genómica de especies vegetales y animales y su aplicación en agroalimentación ha convertido en una prioridad en la mayoría de estos países.
Las prioridades del CRAG se concentran en diferentes líneas de investigación básica y aplicada:
- Desarrollo de plantas
- Reacciones de las plantas a las enfermedades y al estrés ambiental
- Estructura y dinámica de los genomas
- Síntesis de metabolitos secundarios como pigmentos o aromas
- Domesticación de plantas y animales de granja
La investigación aplicada en esta área es importante, y encuentra aplicaciones en los sectores agroalimentario, farmacéutico y biotecnológico como:
- Marcadores moleculares: son usados ??como control de calidad (identificación de variedades) de plantas y semillas, y para reducir el tiempo que se necesita para obtener una variedad mejorada mediante el cruce tradicional, ya que permite identificar si una semilla germinada lleva las características de interés sin necesidad de tener que esperar a que crezca. Los investigadores del CRAG han trabajado para varias compañías en la obtención de marcadores moleculares para especies como el melocotón o el melón. Aproximaciones similares se están utilizando para el uso de marcadores moleculares de forma masiva en la mejora de razas de animales de granja, sobre todo vacas y cerdos. En este caso se estudian las resistencias a enfermedades o caracteres ligados a la calidad de la carne.
- Mejora genética: otras líneas aplicadas a la investigación son la mejora genética y la biodiversidad de la flora indígena para su posible cultivo, uso de especies salvajes con genes que confieran propiedades de interés (plantas aromáticas, medicinales u ornamentales).
- Cultivos in vitro: se han obtenido, mediante cultivo in vitro, líneas haploides (las células de las cuales tienen la mitad de los cromosomas normales y permiten acortar los ciclos de mejora genética) de vegetales y frutales como el melón, pimiento, berenjena, sandía y pepino.
- Diagnóstico y seguridad alimentaria: una de las aplicaciones derivadas de las técnicas moleculares es la detección y cuantificación de organismos modificados genéticamente en alimentos, una exigencia de las regulaciones existentes en el ámbito europeo.
Recientemente, el Centro Internacional para el Debate Científico y CRAG han organizado unas jornadas de debate con cincuenta expertos internacionales para buscar soluciones para mejorar el rendimiento de las cosechas.